¿Has oído hablar alguna vez de la tecnología GIS? ¿Y te has fijado que cada vez es más frecuente la utilización de mapas explicando noticias de todo tipo? Unos mapas que, además, pueden ser de lo más interactivo. Esto no es por capricho, y es que el contexto geográfico ayuda a comprender mejor la realidad. Si a ello le sumamos el acelerón tecnológico que llevamos años viviendo, se ponen en valor conceptos como los Sistemas de Información Geográfica (GIS o SIG). ¿Conoces sus fundamentos y por qué son tan útiles?
¿Qué es GIS o un Sistema de Información Geográfica?
Un Sistema de Información Geográfica o GIS se trata de una herramienta informatizada para trabajar con información geolocalizada. Gracias a los GIS, podemos recoger, almacenar, procesar, visualizar y, en general, gestionar dichos datos.
Al ser la componente espacial un aspecto muy influyente en muchos tipos de actividades y sectores, los Sistemas de Información Geográfica destacan por su gran versatilidad y capacidad de adaptación a diferentes entornos.
Composición de un GIS
Un GIS viene definido por 5 elementos principales, que son:
- Equipos o hardware: se trata de la máquina o las máquinas sobre las que trabaja el GIS. Estos pueden ser ordenadores personales o servidores, y pueden trabajar en red o individualmente.
- Software: estas soluciones se encargan de aportar las funcionalidades requeridas para que el Sistema de Información Geográfica pueda desempeñar su trabajo. Un buen software GIS debe contener, como mínimo, componentes para:
- La recepción y tratamiento de los datos de entrada.
- Un sistema que permita gestionar su base de datos, lo que se conoce como SGBD (Sistema de Gestión de Base de Datos).
- Herramientas para realizar búsquedas, análisis y visualización de la información geográfica.
- Una interfaz gráfica que facilite la usabilidad para todo tipo de usuarios.
- Datos geográficos: son el combustible de los GIS. Pueden ser generados por el propio usuario o adquiridos a terceros.
- Recursos humanos: por muy digitalizada que esté la información geoespacial, esta debe ser administrada por profesionales debidamente especializados en diversas disciplinas. Desde topógrafos y geógrafos, hasta programadores, por mencionar algunos.
- Metodología de trabajo: se trata de los procedimientos que estructuran el funcionamiento del GIS. Se ajusta a la forma de trabajar de cada empresa o usuario.
¿Cómo funciona la tecnología GIS?
Un GIS funciona como una base de datos de información geográfica que se encarga de su recopilación, almacenamiento y análisis de dichos datos. Todos ellos, así como las conclusiones que se extraen, pueden representarse gráficamente en mapas, con diferentes capas temáticas superponibles para así facilitar su comprensión, así como en gráficos y tablas.
Grosso modo, podemos decir que un Sistema de Información Geográfica o GIS funciona según las siguientes etapas:
- Estudio del problema que se pretende afrontar y diseño de una hoja de ruta para ello.
- Entran en el sistema los diferentes datos que hemos estimado necesarios para el proyecto en el que se está trabajando. Unos datos que previamente han sido recopilados, como veremos más adelante.
- Actualización de la base de datos geográfica, mediante la georreferenciación de los datos nuevos y su organización.
- Análisis de los datos y extracción de conclusiones de valor a partir de estos.
- Generación de un producto a partir de dichas conclusiones. Un producto cuyas características se ajustarán a las necesidades y requisitos del cliente.

¿Para qué sirve el GIS?
Si tenemos en cuenta que el 80% de todo tipo de información tiene una componente espacial, podemos afirmar con rotundidad que un GIS sirve para optimizar una buena parte de los procesos de muchos tipos de empresas y Administraciones Públicas.
Por tanto, la geografía cumple un papel clave en la toma de decisiones documentadas, siendo el GIS una herramienta fiable y rentable para analizar y compartir información geolocalizada en compañías privadas, gobiernos, instituciones gubernamentales, organizaciones sin fines de lucro y la ciudadanía en general.
Tener información fiel a la realidad, actualizada y visualmente clara en un mapa, ayuda a detectar problemas, tendencias, oportunidades, así como trazar las mejores hojas de ruta para aportar soluciones a estos escenarios y/o aprovechar las diferentes coyunturas existentes.
¿Cómo se recopila la información necesaria para un Sistema de Información Geográfica?
Un Sistema de Información Geográfica sin datos de calidad no tiene gran utilidad. Es por ello que debe nutrirse de información, mejor cuanto más actualizada esté y más valor aporte. Para conseguirlo, se distinguen diversas metodologías que pasamos a comentar.
Una de las más tradicionales es mediante el escaneo y digitalización de mapas y otros documentos físicos. Sin embargo, con la evolución de la tecnología, se han ido desarrollando otras formas de recepción de datos.
Por otra parte, contamos con la posibilidad de introducir directamente en el GIS medidas topográficas, así como datos provenientes de sistemas de posicionamiento, como es el GPS.
Ante la proliferación de sensores, cámaras y escáneres en diferentes entornos, como por ejemplo, las Smart Cities, los Sistemas de Información Geográfica también se nutren de la información medida por estos.
Tampoco debemos dejar atrás las imágenes tomadas en el aire y las procedentes de los satélites.
¿Cómo se representa la información geográfica
En el ámbito de actuación de los GIS, la visualización de los datos es una parte fundamental. Sin duda, facilita enormemente la comprensión de aquello que se representa. Además, permite un análisis más detallado y contextualizado, pudiendo combinar diferentes tipos de información mediante el trabajo con capas superponibles.
En un Sistema de Información Geográfica, los datos se pueden representar mediante 2 formatos básicos: vectorial y ráster:
- Formato vectorial: en base a vectores se define la geometría de las entidades que queremos representar. Esta puede ser en forma de puntos, líneas o polígonos.
- Formato ráster o de retícula: la información se representa gráficamente mediante mallas. Es decir, se divide el espacio en celdas a las que se les atribuye un valor único.
La elección de un tipo de dato u otro dependerá en gran parte del proyecto en el que estamos trabajando y las conclusiones que queramos extraer. A priori, el modelo ráster es más sencillo de aplicar que el vectorial. Aún así, en muchas ocasiones será la mejor opción.

¿Quién usa GIS?
Los Sistemas de Información Geográfica son aplicables a una multitud de entornos, públicos y privados. Con ellos, tenemos un conocimiento profundo del mundo que nos rodea. Unos datos que muchos de ellos se ofrecen al alcance del público en general.
Como es imposible hacer referencia a todos los usos que tienen los GIS, os dejamos algunos de los más comúnes:
- Gestión del tráfico, tanto planificación como la toma de decisiones en tiempo real. Se tienen en cuenta datos como los históricos de velocidad, densidad por zonas, flujos y tiempos de viaje.
- Planificación urbanística. Permite el análisis pormenorizado del crecimiento de las ciudades, la ubicación de diferentes servicios, las características de la población residente por barrios, etc.
- Administración de los servicios de transporte público para una mejor experiencia de usuario.
- Estudios sociodemográficos de la población.
- Establecimiento de acciones de marketing en función de la localización. Así se consigue una ubicación más acertada de establecimientos o de instalaciones publicitarias, así como hacer llegar el mensaje al público objetivo.
- Consulta de datos del catastro.
- Estudios de aspectos medioambientales, como los relacionados con los niveles de contaminación.
- Mejora de la asistencia en carretera, ubicando con más precisión los incidentes.
- Optimización de la logística y el transporte de mercancías.
- Diseño y mantenimiento de redes eléctricas, así como ayuda para definir la localización de instalaciones de energías renovables.
A toda esta lista de usos de los Sistemas de Información Geográfica, debemos añadirle unas aplicaciones muy vigentes con la actual coyuntura. Y es que estos también colaboran intensamente en el desarrollo de herramientas orientadas al cuidado de la salud.
Un claro ejemplo de esto último lo hemos visto durante las fases de la desescalada. Aquí, gracias a unas medidas topográficas precisas realizadas por técnicas como Mobile Mapping, se conocen al detalle las dimensiones de las calles y sus componentes.
Con ello, es más fácil asegurar que en ellas se pueda mantener la distancia de seguridad mediante la peatonalización u otras medidas que se estimen oportunas. Además, podemos publicar estas medidas para que sean accesibles desde cualquier lugar. Una alternativa muy favorable para el fomento del teletrabajo.
Por otra parte, también se han desarrollado soluciones geográficas para favorecer la vida del ciudadano, como es el cao de «Calcula tu kilómetro», elaborada por Geograma en colaboración con Carto. Mediante la misma, puedes consultar hasta dónde podías desplazarte en un radio de un kilometro, según las normas fijadas para la desescalada.
Queda claro que los Sistemas de Información Geográfica están en alza. Es por ello que desde Geograma, trabajamos permanentemente para poder sacar todo el provecho de su funcionamiento. Así, ayudamos a empresas, ciudadanos y Administraciones Públicas en su actividad diaria, aportando nuestro granito de arena hacia el avance de la sociedad.
¿Crees que puedes obtener aún más valor de tus datos geoespaciales con un GIS? Cuéntanos tu situación y te ofrecemos alternativas para ello. ¡Te estamos esperando!